Sable Rouge, el dolor de una Tradición

Muchos ya lo sabéis porque habéis leído sobre este tema en las redes sociales, hace dos días, fallecía, por lo que parecían causas de fe, un miembro de la Tradición Correlliana en el Norte de África.

Decir que conocía a Sable Rouge, es decir mucho… Portador de la Luz de Hécate, y devoto de la Diosa, hace sólo dos semanas, se ponía en contacto conmigo disculpándose por su español, para hacerme saber que la Luz de Hécate había llegado hasta él y que se sentía muy feliz por ello. Estaba ilusionado y contento por poder participar de esta manera en una devoción a la Diosa, que tanto significaba para él.

No puedo sentir más que dolor y rabia, no puedo decir que deseo para sus asesinos un cambio de consciencia, o que aprendan algo de esto. No. Yo sólo puedo sentir que necesita justicia. Que la Diosa reparta Su justicia, sin miramientos, pues Su devoto ha transcendido de este mundo de la manera más injusta que existe: a manos de otros, por una idea.

A veces, hablamos de salir de los armarios de escobas, con una facilidad pasmosa, olvidando que nuestras creencias son causa de herejía para muchas religiones, y para muchos extremistas. Olvidamos, que la vida es frágil y que puede ser arrebatada de cualquier modo, en cualquier parte del mundo. No somos conscientes, de la cantidad de personas, que no pueden alzar la voz por su fe, y que viven de manera discreta sus ideas, porque temen por ellos y por sus familias…

Asistí, impotente, a los mensajes que me llegaban al teléfono móvil, y a la voz quebrada de su mentora y amiga la Rv. Purple Tide, que cruzaba el país para dirigirse en barco a Ceuta. Rota de dolor, pidiendo perdón de manera constante, por cargarme la responsabilidad de hacer saber al Canciller de la Tradición y a nuestros hermanos alrededor del mundo lo que acababa de pasar.

Me peleé con mi inglés mediocre, y la poca información que tenía y llegaba a cuenta gotas, para hacerme eco de su dolor y de la pérdida.

La Tradición Correlliana, se llevó las manos a la cabeza, al corazón, a la garganta. Dolió. Dolidos, todos empezamos a encender velas y alzar oraciones por su alma y por el futuro de su familia, nuestra primera prioridad. En el mundo, las velas se prendían en altares y las redes sociales se iban llenando de mensajes de dolor y rabia.

Muchas personas, ajenas a esta Tradición, pero hermanos, porque portaban también la Luz de Hécate, porque hacían guardias como él, o sencillamente porque compartían su dolor, se acercaban para transmitirnos su apoyo en estos momentos, y yo, se los iba transmitiendo a Purple, como podía.

Me siento arropada por la gente que sin conocerme de nada, ha dejado miles de mensajes en mi inbox, donde han llegado a dejar mensajes como «no nos conocemos, Ayra, pero si necesitáis algo, yo soy psicóloga y este es mi teléfono personal»

El teléfono no paraba de sonar. El Rv. Eblis en un lado del mundo y yo en otro, hacíamos de puente para el resto del mundo sobre esta noticia horrible que nos ha convulsionado a todos y nos ha revuelto.

Dolor.

Pérdida.

Y sobre todo, la sensación de que nunca una persona recibió tanta luz en su partida.

Hasta siempre, Sable Rouge. Hasta siempre, hermano. Que la Diosa te acoja y te lleve de la mano a un lugar más libre.

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