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Mi paso por Segundo Grado, Rvd. Tiné Estrella de la Tarde

Mucho tiempo ha pasado ya desde que inocentemente inicié mis estudios de Primer Grado en el Templo de Hécate de la Tradición Nativista Correlliana en Sevilla. Lady Ayra Alseret me abrió las puertas de su casa de par en par y me recibió sin ningún problema o impedimento. Ahora, cuando echo una mirada atrás y veo todo el tiempo que ha pasado, todo lo que ha sucedido y todo lo que han cambiado las cosas, a veces me pregunto si no estaré dentro de algún sueño. Desde aquí, desde el presente, puede ser típico decir esto cuando uno llega al final de un camino pero es la verdad: No me creo aún que haya llegado hasta aquí.

 El Segundo Grado es algo que veía muy lejano, sinceramente. Estaba en mis metas lograrlo, pero tampoco tenía prisa alguna (y si no que se lo digan a mi mentora). Esta etapa de mi camino ha sido especial y en realidad, no creo que pudiese definirla con una palabra en concreto. Más que palabras me vienen sensaciones al cuerpo. Ha sido un Segundo Grado que entre otras cosas, te aporta mucha más responsabilidad. Progresivamente se te va preparando para ir adquiriendo más responsabilidad y otorgarte las herramientas necesarias para salir al mundo de ahí fuera.

También ha sido un proceso de reconectar conmigo mismo. Un proceso mediante el cual, salir fortalecido y lograr valorarme un poco más. Y no lo digo por tener un título ni por tener un parche más en mi estola. Lo digo porque ha sido un Segundo Grado lleno de retos. Y afortunadamente cuando uno supera los retos se ve más fuerte y más seguro de uno mismo. Algo que tenía, tengo y tendré que seguir trabajado. Pero sí que es verdad que en este sentido el Segundo Grado, por medio de pruebas y retos ha logrado que gane más confianza en mí mismo y eso me parece una de las mayores ganancias que he podido tener a lo largo de todo este ciclo, de verdad.

Por otra parte, apenas a unos días de mi iniciación formal como Sacerdote de Segundo Grado, han aparecido sombras, he recibido mensajes claros que resumen parte de mi experiencia en este Segundo Grado, de mi vida y no solo eso, sino que también han aparecido retos para el Tercer Grado y tiempos futuros. Esto es algo que me ha sorprendido realmente… Cuestiones que creía superadas, de la noche a la mañana han reseguido como un kraken de las profundidades. De la noche a la mañana, alguien me dijo: “Asómate a mi caldero y júzgate a ti mismo”. Una frase que puede parecer simple pero que me ha trastocado todo mi ser interno. Del mismo modo han aparecido mensajes de aliados que no me esperaba y que como ya he dicho unas líneas atrás, me plantean nuevos retos y eso que ni si quiera he empezado el nuevo camino…

El Segundo Grado desde mi experiencia es totalmente revelador. Te forja un poco más como Sacerdote pero sobre todo como persona en los últimos momentos cercanos a la iniciación, que no es más ni menos que una muerte que lleva enacer como un ser diferente. Desde luego, yo concentro el grueso de mis experiencias y enseñanzas más bonitas de este Segundo Grado en la segunda mitad del recorrido.

Por último no podría no mencionar a mi mentora y amiga Lady Ayra Alseret, pues este Segundo Grado no hubiese el mismo sin su guía, sin su ayuda y sin su forma de estructurar y llevar a cabo las cosas. Gracias a ella he vivido este Segundo grado como un viaje práctico, un viaje de trabajo de campo, donde la teoría está bien, pero ahora toca poner a prueba eso que sabemos teóricamente. Del mismo modo, no ha habido ninguna lección que me haya dejado indiferente, pero ya no solo por los contenidos oficiales de la Tradición, sino por la forma en la que ella configuraba cada reto y cada prueba. Por eso, Lady Ayra es parte de mi Segundo Grado, y sin ella, no hubiese sido el mismo, lo tengo claro.

Con esto, os invito a todos a atreveros a seguir las andanzas en este camino del Sacerdocio que no acaba en el Primer Grado. Ni en el Segundo, ni en el Tercero. Un camino mutable, lleno de luces, de sombras, de retos, de recompensas, un camino donde te encuentras contigo mismo, con tus debilidades, con tus puntos fuertes, con el Dios y con la Diosa.

Mucho, poco o nada

Hoy estaba pensando en todas esas cosas que hacemos cuando no vivimos sentados en el ordenador, o con el teléfono en el bolsillo. Esas horas que dedicamos a leer, vaya usted a saber qué libros, a meditar, a sentarnos frente a nuestros altares, a orar, o a hacer rituales y ejercicios.

Mucho. Poco. Nada.

Porque, hoy precisamente, he pasado la mayor parte de mi día lejos de las tecnologías, atendiendo otras cosas. Esas que no salen en fotos de redes sociales, porque no se puede fotografiar el momento de conexión con las Deidades, porque no se puede tomar nota de un pensamiento en una meditación profunda, porque no hay un lugar ni un espacio, cuando el olor del incienso, o de esas velas especiales, llena todo el espacio mientras tú estás fuera, lejos, en un mundo que obviamente no es este.

Mucho. Poco. Nada.

Y es que a veces me pregunto cuánta gente vive de cara a la galería, haciendo alarde de grandes trabajos internos cuando realmente no los hacen, porque sería mucho más fácil no tener una vida espiritual.

Gira la Rueda, Ayra Alseret

Cae la noche, y la Luna hace acto de presencia sobre mi casa. Mientras estoy sentada en los escalones de la entrada, pienso en las noches que me he sentado a mirar la Luna, y a pensar el el girar de la Rueda.

Pienso en la oscuridad, generadora de la existencia, pues todo viene de la más profunda oscuridad, nos gestamos en un vientre oscuro, la semilla nace en la profundidad de la tierra, el huevo (o el Huevo, guiño, guiño) están en completa oscuridad. Y es que la luz, siempre aparece después, en todos los mitos, y por algo será.

Los ciclos se suceden, como el día sigue a la noche, porque si lo pensamos, todo es cíclico en la vida y la existencia, con más o menos acierto, la vida se repite en estos ciclos que giran. Vivimos situaciones parecidas, nunca iguales, aunque a veces nos lo parezca, porque hay un aprendizaje; pero la Rueda del año, gira trayendo momentos iguales que nos sintonizan con la vida y la naturaleza. Cuando pensamos en el por qué de cada festividad, pensamos en la vida que nuestros ancestros vivieron y cómo buscaron dar una explicación a todo aquello que les rodeaba.

Reocogerse, salir, plantar, cosechar, recogerse… Y aunque a veces, el cuerpo nos pide recogimiento en momentos de plena luz, la Naturaleza nos grita que este momento es de crecimiento. Es quizás la forma de la Existencia de recordarnos que hay un momento para cada cosa, y que cada cosa tiene su lugar.

Observo la Luna, y veo la Rueda. Pienso en todo lo que ha cambiado mi vida con su girar en los últimos meses, en las bendiciones, las puertas abiertas, las cerradas, los silencios obstinados, las risas y el dolor. En todo hay un aprendizaje.

Bajo la mirada de la Luna, regente de la noche, que da inicio y fin a todas las cosas, es cuando mi mente se activa.

Llaves, por Ayra

Hoy, a través de Isadora, Hester no ha preguntado que significado tienen para nosotros las llaves, teniendo en cuenta que uno de los epítetos de Hécate hace referencia su faceta como Portadora de las Llaves.

 

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Para mi las llaves representan muchas cosas, obviamente tienen una función clara, la de abrir
las puertas, pero también las de cerrarlas y dejar tras ellas las cosas que valoramos y no nos gustaría que otros nos arrebaten; o sencillamente dejar atrás cosas que no queremos más en nuestras vidas. Las llaves para mi representan los inicios, las tomas de decisiones, los puntos finales… ya sé que suena contradictorio, pero es mi opinión personal. Con una llave en la mano tienes tres opciones siempre: abrir, cerrar y no hacer nada.  También me hablan de cercanía con personas concretas, porque las llaves sólo funcionan en sus propias cerraduras, es donde encajan. Finalmente, ¿estamos las personas buscando donde encajar en nuestras vidas? A veces, creo que sí.

Las llaves son además, y siempre desde mi punto de vista, una herramienta. Como todas las herramientas tiene muchos usos, ya depende de la habilidad de cada quien,  nos permite conectar distintos planos, activar y desactivar según qué energías, usarla como oráculo, para meditar, para trabajar aspectos concretos y sobre todo conectarnos a nosotros mismos. Y por supuesto, atraen y disipan todo tipo de cuestiones. Para mi condensan el poder de la potencia, es decir, tienen en sí mismas la capacidad de cambiarlo todo, ahora depende de lo que hagamos con ellas. 

La Valentía de vivir la Rueda, Tiné Estrella de la Tarde

Es bien sabido que  los wiccanos nos caracterizamos por la celebración y la sincronización con los ciclos naturales y las energías de la Naturaleza. Este aspecto no es exclusivamente nuestro, pues muchas tradiciones paganas en la antigüedad y en la actualidad continúan celebrando los equinocios y los solsticios. Más allá de un aspecto que nos defina, se conforma para nosotros como una verdadera forma de vida.

Cuando comencé mis estudios de Primer Grado en la Tradición Nativista Correlliana, ya había celebrado algún sabbat por mi parte, de forma individual, por supuesto. Mi acercamiento a estas celebraciones se incrementó a lo largo del estudio de este Primer Grado junto con la lectura de algunas  obras de Wicca que abordaban más completamente estas festividades.  Al principio parecía una mera celebración como la mayoría de las celebraciones contemporáneas, es decir, celebraciones que en muchos casos carecen de un verdadero trasfondo, o mejor dicho, sí existe esa profundidad, pero la sociedad no es consciente del verdadero pasado o motivo de celebración que se esconde detrás. Algo parecido me pasaba a mi en la celebración de mis primeros sabbats, hasta que con el tiempo me percaté de que en realidad hay un aspecto mucho más profundo en todas estas celebraciones. Como si se tratase de un circuito energético, detrás de cada celebración hay una corriente  muy profunda que  conecta a cada uno de los sabbats generando un círculo  que nunca tiene fin y se auto-perpetúa.

Ahora bien, el mayor descubrimiento que a mi parecer se puede llevar a cabo, es ser capaz de profundizar y engancharse a esa red energética, que como si de una corriente oceánica se tratase, va a llevarnos a experimentar lo que la Naturaleza siente de primera mano. ¿Cómo me he terminado de dar cuenta de este aspecto? Con el tiempo y echando un ojo a los grandes acontecimientos de mi vida, que casualmente, tras trabajar  esta conexión con las energías de los ciclos naturales, se corresponden a la perfección. Puede parecer un fenómeno precioso y bello (lo es), pero más allá de eso es un verdadero acto de valentía, puesto no es todo oro lo que reluce. Y si algo tiene que desaparecer de tu vida, va a desaparecer y va a encontrar la forma y el medio de hacerlo. Del mismo modo, sincronizarse con energías de renacimiento, principios y comienzos lleva también sentir el miedo y la confusión de estos primeros momentos. Es entonces, desde mi experiencia, un verdadero acto de valentía, porque una vez que las reconoces en tu interior y en tu vida, te marcan, y aunque podamos actuar de forma libre, ir contra corriente, es en la mayoría de las ocasiones insatisfactorio. En los ciclos o momentos asociados con el otoño, me repliego sobre mí mismo y mi vida parece hacer lo mismo. No digo que no avance, pero lo hace a otra velocidad, más lenta, más pausada. Con la llegada de Imbolc y de Ostara, parece que los proyectos y aquellas cosas que estaban en el tintero para comenzar, se activan de forma automática sin ni si quiera buscarlo (al menos conscientemente). No puedo hablar bien de los ciclos que conocemos como la estación de verano, pues por cuestiones personales, aún no he sido capaz de sintonizarme realmente con las energías que se mueven desde Litha hasta Lammas. ¿De qué estoy hablando? Hablo de que en ciclos y momentos que parten  de la expansión, la alegría, el regocijo o la plenitud, donde la fuerza y la energía del Astro Rey bañaba la tierra, en mi reino interior se sucedía un otoño interminable.

El hecho de escribir esta entrada era para reflexionar y compartir con vosotros mi experiencia, vista entonces como un verdadero acto de valentía. Ostara se ve y se siente en la Naturaleza. He visto ya brotes muy avanzados en la vegetación, incluso las primeras florecillas que tímidamente comienzan a abrirse con los cálidos abrazos del sol. Pero al margen de sentir y ver esa energía en la Naturaleza, también parece estar haciendo acto de presencia en mi vida. Donde actualmente parece que se produce un acto de renacimiento que conlleva ser verdaderamente valiente, pues los comienzos no siempre son sencillos y mucho menos los cambios que nos exigen una gran capacidad de adaptación. Como dice la canción: “Nadie dijo que fuera fácil”.

Aún es pronto (o no) pero…

¡Feliz Ostara a todos!

 

https://secretosdelbosqueblog.wordpress.com/2016/03/09/la-valentia-de-vivir-la-rueda/

La Heroína

Ayer, de madrugada, escuchaba a una Sacerdotisa hablar de héroes y heroínas.

Ella es una heroína, pero su capa es invisible para quienes no aprendieron a mirar. Los demás no tenemos duda de lo que es.

Ella decía que como alumna y mentora vivimos ciclos y no todo el tiempo van a ser algo lineal, no todo el tiempo me puedo mantener en la línea de la felicidad y la completa creatividad, y el complejo flujo. Y obviamente habrá momentos en los que la misma dinámica de los alumnos te van colocando otras energías. Hay algunos alumnos que son más entusiastas y te contagian de esa energía, y va a haber otros que te van a contagiar de su mal hacer.

Ella decía también Yo me manejo mucho con el ciclo de la Luna, y estoy tan sincronizada con mi ciclo menstrual que por ejemplo, cuando ella mengua, yo también entro en esa energía dinámica de menguar. Pero en ninguno de los ámbitos de su vida puede parar. Su Yo Superior quiere silencio y paz, y su cuerpo no puede pararse en este momento de su vida.

«Yo quisiera ser la súper heroína, de esas que salen en los comics, y poder solventar y terminar con la injusticia del mundo. Pero resulta que las heroínas no son del mundo real somos personas como tú y como yo, que estamos transformando el mundo de manera distinta… por eso sigo insistiendo, si tenemos que volvernos rosas para encontrar la armonía, para encontrar quietud, pues… ¿Qué de malo hay en que sea rosa? Si tengo que ser rosa, pues lo soy. En Venezuela hay una canción que dice, o sos rosa, o sos sutil. Y yo hace mucho tiempo que dejé de ser sutil para ser rosa»

Desde ese momento, he reflexionado mucho sus palabras. Somos herramientas en manos de los Dioses. Estamos en un mundo que precisa cambios y sólo disponiendo de nuestro trabajo, de nuestras manos podemos hacerlos realidad.

Hace unos días, todo mi ser me pedía silencio. No escribas, no hables, no twittees, no envíes mensajes… Quédate en silencio y reflexiona, por un tiempo. ¿Qué puedes hacer para ser parte del movimiento del cambio? ¿Qué tienes en tu mano que puedas poner al servicio de los demás? ¿Qué es realmente necesario? Pero, hoy bajo la tormenta que cae tremenda sobre mi pelo, me doy cuenta de lo importante que son las palabras de esta Sacerdotisa, de cómo a veces hay que anteponer la realidad al deseo, al anhelo. No en vano me enseñaron a tener las mangas siempre subidas para estar Siempre Lista para Servir.

A veces, ser una Sacerdotisa, implica no poder parar. Y otras veces, implica pararse a reflexionar sobre lo que otros, mucho más acertados que tú, dicen y con sus palabras remueven tu conciencia.

Siempre habrá cosas que recordar,
sólo una flor,
lo dice todo.
Dice Gracias
y Lo siento,
dice Perdón,
y habla de amor.
Siempre habrá cosas
que recordar con una flor.
Miles de máquinas nunca podrán hacer una flor.

índice

Y pintaremos las flores del color que tú prefieras, rosa entonces. Está bien.

Askei Kataskei

Askei Kataskei es una publicación online de descarga gratuita del Covenant of Hekate. Con artículos, recetas y rituales de los miembros del CoH (www.hekatecovenant.com) esta publicación electrónica es un proyecto comunitario, en el que participan varias personas. Este es su primer número completamente en español, y en el que nuestra cabeza de Templo, Ayra Alseret ha participado.

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Ἑκάτη

Este texto pertenece a mi trabajo devocional, lo escribí hace muchos años.

Ella cambia todo lo que toca, es la luz más fuerte y la más grande oscuridad, es la Doncella y la Madre, es la Anciana que conoce la Muerte, es la que alza su voz por encima de las tormentas, es quien sabe y conoce, es el Oráculo puro, es cada brizna de hierba, es Femenina y Masculina, es guerra y es paz, es el cuidado de los niños, el enfado de las madres, es la que guerrea sin miedo y la que sana las heridas, es la mano que alivia el dolor del alma, es la presencia inefable, es cada soplo aire, es un lobo que aulla, es una Trinidad estable, es el día y la noche, es el todo y la nada, lo absoluto y lo que no es, la perfección y el equilibrio, es la Primera y la Última, es la que de los Mil Nombres, es la semilla que germina, la tierra que todo lo da y todo se lo lleva, es la lluvia que alimenta, es el fuego que purifica, es arriba y es abajo, es completa y vacía, es la que tiene el Poder, es la guía de las brujas, es la que aconseja, la que mira de frente al enemigo, la que cuida de todos los seres, es la que detiene a las personas que dañan, es la Justa que aniquila, es fuerte como una vara y flexible como un trozo de cuero, es la Fuente que sana, es la luna que mengua, que crece, que se va, es la sombra más profunda, una voz sencilla y clara, es cada madre que espera un hijo, es la que vela el sueño nocturno, es la que afila las espadas, la que espera en la puerta de tu casa, la que impide entrar a quien a no merece el paso, es la Guardiana absoluta, es cada flor que florece, es el olor a azahar en las ciudades, es el sol que calienta, es la Grande, la Digna, la Fortaleza, es el invierno envuelto en una capa suave, es la Matrona y los pastos, es la tierra salvaje, la Reina de los fantasmas, la filosofía, la cultura, el arte, Triple y Una, completa y honrada, es la que asiste y ayuda, es la que trae el miedo y la calma.

Y no necesita ser más.

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Huérfana de tu sombra

Y es que, cuando regresé de andar por tus Bosques, me quedé huérfana de tu sombra.

Vuelvo como un papelillo al viento a recorrer Tus lugares, y a pensarte. En estos días, muchas han sido las veces, junto al Tor, en los caminos, dónde mi alma ha volado a buscarte. Todo el mundo sabe que yo soy devota de H. pero también tengo una indescriptible conexión con tres arquetipos masculinos que en mi se funden, se abrazan y se siente. Herne, el Cazador. The Greenman. Cernunnos.

Astado que recorre los senderos más profundos de los bosques, pastor y guía de los animales salvajes. Tu nombre resuena en mi interior como un tambor, cuando me adentro en cualquiera de esos lugares que son sagrados desde el anochecer de los tiempos. Te siento tan cercano, observando tras los árboles, mientras camino.

¿Cómo no sentir la presencia del Dios en cada lugar verde? ¿Tras cada árbol que se inclina en los valles? ¿En el agua que salta entre las piedras silenciosas en la noche? Siento Tu latir en mis pies descalzos, mientras mis zapatos han perdido su sentido al llegar a tus dominios; siento Tu respiración acompasada cuando la mía se vuelve errática en los ascensos a Tus riscos; siento tu aliento insuflado de vida en el canto de los pájaros que se mueven en esa realidad que dejo atrás al cruzar tus espacios.

Te presentas en mis sueños, cuando llevo días sin dormir, y me miras con esos ojos verdes, escondidos en la maleza mientras tu risa se hace eco de las aves que trazan círculos imposibles en los cielos. No te alcanzo, no llego. Pero persistes como la presa que acecha, tras cada rincón oculto, y me miras, y yo tiemblo. Como el fuego que quema mis huesos, estás dentro de mi ser, corres por él, salvaje, removiendo a tu paso mil emociones inefables. Deslizando Tu presencia, en cada brizna de hierba que se mueve, en cada noche de niebla que se levanta. Que la A sólo arranca el Grito, de la garganta que te busca y te nombra.

He pasado tantas noches en tus campos, donde nada aterra y todo se teme, donde la vida aúlla dejando constancia de Tu existencia. He pasado tantas noches bajo las estrellas, pisando Tu manto, que cuando pasan los días, siento como si me arrancaran las raíces y vuelvo a traerte a mi mente, desde mi alma, como si tuviéramos un pacto firmado desde el día en que nacieron las estrellas. Y doy gracias por sentirte y verte tan presente en cada paso. Que mi alma te pertenece, eso Tú ya lo sabes, desde que dijiste «sea».

Herne, Greenman, Cernunnos. Fuente poderosa y clara de toda la existencia. ¿Cómo se puede describir la sensación que ahoga y alienta a la vez? Ese pellizco en el alma, cuando tras tus huellas andamos los caminos más secretos. Ese silencio complejo, lleno de sonidos armónicos que desprenden los bosques que te llenan…

Cuando regreso, cuando vuelvo al asfalto, este me rechaza y me escupe. Torpes pasos que pronto se hacen a tus subidas y piedras, a tus líquenes en las rocas, al deslizante silbar de tus aires. Porque, siempre, invariablemente, cuando regreso de andar por tus Bosques, me quedo huérfana de tu sombra.