Archivo por meses: marzo 2014

La abeja y su mensaje, por Tine

Un animal, que por una parte, nos llama la atención a muchos. Aunque suele ser cosa de avispas, las abejas de vez en cuando pican, sí. Yo por lo menos de pequeño he vivido esta situación. Pero lejos de esta cuestión, también nos vendrá a la cabeza su miel, ese manjar tan valorado en la antigüedad antes de la aparición de la azúcar y otros derivados. Considerada hasta en algunas culturas como un producto de consumición reservado solo a las clases altas, aunque como sabemos, podríamos decir en cierto modo que está a manos de cualquier intrépido y habilidoso que se atreva a robar este bien a estas criaturas.

Pero dejando este tipo de cuestiones tan sumamente interesantes, adentrémonos en el mensaje y en los secretos que espera contarnos este ser tan magnífico. Mirar, en un momento bastante inestable de mi vida, este animal apareció dándome una enseñanza y un mensaje que nunca olvidaré y por eso quiero compartirlo con todos vosotros. Cuando los días soleados de verano eran para mi nublados y tristes. Cuando no tenía ni esperanzas ni ilusión al despertarme por las mañanas, un buen día este ser se apareció ante mí. Al despertar, escuché un zumbido que no sabía de donde procedía. Extrañado me levanté y miré alrededor. No veía nada, no sabía qué podría ser. Di unos pasos hacia el altar que tenía en mi habitación y allí estaba. Una abeja preciosa, posada sobre la figura de la Diosa. En ese momento, me quedé sin aliento y supe que era una señal. Después de investigar sobre este animal, sus hábitos, sus comportamientos, y su papel en las sociedades. Después de meditar y aprender de ella. Hay un gran mensaje que tiene por transmitirnos a todos este pequeño ser tan importante para el ecosistema.

La abeja es la representación de la organización, de lo reglamentado. Acordémonos como sus celdas están basadas a partir ni más ni menos que una forma geométrica. Por otra parte, representan la productividad, y la sabiduría sí. Pero una sabiduría entendida desde otro punto de vista: la sabiduría comunitaria. Como ya hemos dicho, sus celdas, sus nidos, están formados a partir de una forma geométrica, el hexágono, considerado por muchos el símbolo de la dulzura del corazón. La abeja como productora de ese néctar, de esa miel que es tan sumamente especial y dulce, nos transmite el mensaje de que la dulzura de la vida, está dentro de nuestros corazones. Aunque el mundo caiga, las esperanzas desaparezcan, y el día siga gris, dentro de nuestros corazones tenemos esa fuerza, esa dulzura interna que nos sustenta y que tenemos que encontrar. Nos recuerda en este sentido, que debemos de ser capaces de extraer la miel de la vida en esos momentos grises. Como hacen ellas. Extraigamos la miel de la hiel. Extraigamos ese punto de felicidad y de dulzura en momentos grises y tormentosos.

También es el símbolo de lograr lo aparentemente imposible a través del trabajo, del esfuerzo, de la perseverancia y de la esperanza que nunca muere en nuestros corazones. Podremos alcanzar lo que nos propongamos y no debemos de olvidar que el poder está dentro de nosotros, no fuera.

Así pues, para terminar. Este pequeño animal que en el mundo urbano y en la sociedad del siglo XXI pasa tan inadvertido, me ayudó a salir de un hoyo muy profundo.

Recordad, recolectar la miel del día a día. De todo, que se puede, os lo aseguro. Sacad la miel de lo imposible.

El Salmón y su mensaje, por Tiné

El salmón, puede ser para muchos un animal no muy conocido. Desde luego en mi caso, no lo era. Me sonaba de haberlo visto muchas veces en los famosos documentales de la 2, donde se muestra siempre su ciclo y como son cazados por los grandes osos de los ríos norteamericanos. No sabía mucho más de lo que se suele explicar en esos documentales. Pero como suele ocurrir, la vida nos pone delante de nosotros mismos momentos de los que debemos de aprender y en los que se espera de nosotros un aprendizaje. Este fue mi ejemplo con el salmón:

Perdido, cansado tras una larga situación que me dejó agotado. Una situación de la que creía que todo se había acabado, que no me había servido para nada y que encima, no tenía ni ganas de seguir, ni ganas de continuar. Sumido en mi propia oscuridad, medité sobre mi situación… Apoyado con la espalda en el gran árbol, lloraba y lloraba. Me sentía perdido y sin fuerzas… Llamé a la Diosa Anciana que acudió en el momento, y sin hablar, me secó las lágrimas y me llevo a la orilla de un río. Yo le pregunté: ¿Qué mensaje me traes oh Gran Anciana…? Y ella, con su bastón señaló la superficie de aquel río, del cual, al momento, apareció un salmón. La miré, me miró, me sonrió y finalizó el viaje.

Tras la meditación, inicié mi búsqueda sobre este animal del que apenas sabía nada y mucho menos simbólicamente o en su aspecto esotérico y me encontré con su mensaje. Con su mensaje fortalecedor y esperanzador.
El Salmón, principalmente no enseña que debemos de vivir cada momento de nuestra vida como una experiencia y conocimiento. Cosa que se nos olvida la mayor parte de las ocasiones, sumidos en lo mundano. No enseña que cuando el influjo de la vida, la corriente y los acontecimientos nos echan para atrás, sabremos que podemos conectar con nuestro interior, con nosotros mismos para sacar nuestro valor y nuestra fuerza necesarios. Nos dice:“Es cierto que la corriente en este momento, es dura, fuerte y estás cansado, pero mira dentro de ti, y saca desde tu parte divina, desde tu alma, tu fuerza, tu voluntad y tu valor, para nadar contra esa corriente como un verdadero héroe”

Cuando el salmón entra en nuestras vidas, debemos de reflexionar si las circunstancias, si lo que estamos viviendo en ese momento, nos benefician, nos traen cosas positivas o por el contrario, solo nos lleva a estados de negatividad. Nos dice: “Amigo, como mis hijos tras mi muerte, has de ser capaz de volver al principio, reconstruyendo la ruta que una vez te trajo hasta aquí. Y tras haber sido capaz de reconstruir tus pasos, y volver al origen, reflexiona sobre la situación.”

Nos enseña también, que las oportunidades están en TODO en todas las situaciones, circunstancias… Que cada recodo de ese río, cuya corriente a veces, parece vencernos, es una verdadera aventura y no debemos verlo o tomarlo como un castigo divino, o como mala suerte. Sino como la oportunidad para la experiencia y el aprendizaje sin nunca rendirse. Nos enseña sobre la fuerza, nos enseña sobre el valor, sobre la determinación, sobre el nunca rendirse y sobre cómo no, los ciclos vitales. El salmón nos ayuda a vivir y a nadar en el río de la vida, que a veces se hace más complicado de lo que parece…

Seamos salmón

La magia de las Marismas

Vamos a hablar de las marismas de Huelva, de ese lugar en el corazón de Doñana que mueve a miles de personas cada año, buscando algo que no sabemos que es. Quizás por desconocimiento, no nos paramos a intentar entender este sitio.

Yo puedo deciros, que he estado en la aldea, he entrado en la basilica y no he sentido nada especial, pero la historia nos dice cosas, que no podemos olvidar.

Todos sabemos que la ciudad-estado de los Tartessos -800 años a.c.- se localizaba en las Marismas del Guadalquivir.

Los Tartessos basaban sus creencias religiosas en la madre Naturaleza y las celebraciones de agradecimiento por las cosechas conseguidas y la fertilidad de la tierra y los seres vivos.

A través de las relaciones comerciales de los tartessos con los fenicios, las creencias religiosas mesopotámicas, cuya principal deidad era Ishtar, fueron introducidas al fundar la colonia de Gades (1100 a.c.), lo que actualmente sería Cádiz.

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Los arqueólogos están de acuerdo con que en esta ciudad, se erigió uno de los más importantes templos a la diosa Astarté, asimilación de Ishtar, tomando el nombre de Ashtart (Astarot), su culto se extendió por todo el territorio tartésico, siendo más fuerte en las marismas de Huelva donde las festividades eran impresionantes por grandeza y afluencia en primavera.

Astarté (Isthar) representaba el culto a la madre tierra, el amor y la fertilidad, la era progenitora de todos los seres vivos, la que fertilizaba a los animales y las personas, convirtiéndose en la diosa del cielo.

Hasta finales de la Antigüedad la paloma blanca (o blanca paloma) fue el símbolo tanto de la Astarté asiática, traída a por los fenicios al pueblo tartesso.

Hay que destacar unos rasgos generales de todas las diosas de la tierra desde el principio al fín de las religiones paganas van acompañadas de los mismos simbolos: la serpiente, símbolo de los abismos de piel mudable, la resurrección…

Astarté proviene directamente de la Luz; su nombre deriva de Aster, «estrella de la mañana» entre los fenicios. Entre los sumerios era conocida como Innana, versión de la diosa asiro-babilónica Ishtar «Diosa de la mañana y del atardecer», a la vez que Diosa del amor y de la sexualidad. Astarté, deriva también del latín estella, estrella.

Aunque se la considera virgen, en la mitología aparece asociada a Tammuz, dios de la cosecha, cuya muerte llora. Ishtar se conduce como una madre tierna con los que ama.

Es una Diosa de carácter astral, ya que personifica vario astros: a Venus, al Sol, y sobre todo a la Luna y a las estrellas reunidas en constelaciones. De ahí deriva la palabra estelar: todo el firmamento lleno de estrellas, proveniente de su nombre Ishtar, que en las fronteras de Babilonia se la representa mediante una estrella de ocho puntas.

Astarté, como Ishtar, era la Diosa de la Luna y del planeta Venus, el lucero de la mañana, era llamada por los profetas judíos «Reina de los Cielos» (Meleket-has-Samaïm), «esposa del Sol», o el «Rey de los Cielos» (Baal-Samaïm), es decir, la verdadera soberana del mundo, la Diosa-Naturaleza, máxima hacedora de la vida que, en compañía del Sol, hace crecer la vida.

En el Mediterráneo se erigieron templos en honor de Astarté y en ellos se representa a la Diosa de diversas formas: en Cerdeña la encontramos con la forma de una mujer, con la cabeza cubierta a la usanza egipcia, con una túnica larga, sosteniendo con las dos manos el disco lunar o estrella/lucero predilecto como símbolo de su reinado.

Se sabe que en El Carambolo de Sevilla también hubo un templo para su advocación, y que se considera el más importante de la península. Allí se hacían peregrinaciones y cultos, desde la epoca tartesica, y así lo demuestran los restos arqueólogicos encontrados en Doñana. Actualmente, sigue siendo lugar de peregrinación, pues sobre su templo se erigió la capilla de la Virgen Rociana, actualmente conocida como la basilica de la Virgen del Rocío, donde la fuerza de Astarté no desaparece, sino que se alimenta constantemente.

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Cuando Cartago destruye a los Tartessos, la población huye hacia los campos y esconde sus pertenencias, joyas e ídolos en cuevas y huecos de árboles. No sería el descubrimiento marismeño la primera vez de apariciones de imágenes escondidas en troncos de árboles, pues la leyenda dice que un señor encontró a la Virgen del Rocío dentro de un árbol…

Curioso es, además, que las figuras y joyas de los tartessos eran de plata. Muchos direis, ¿y qué Ari? pues ahí va el qué: pues resulta que simbología de la plata es la del metal femenino, que siempre se usó para las decoraciones de las figuras de la diosas y luego para las vírgenes, porque es el color de la palidez lunar.

Que la figura de la virgen del rocío esté adornada con estrellas es lógico por cuanto reina en la noche, y tiene entre sus manos la estrella más importante o lucero de la mañana.

A sus pies, la conversión de la serpiente, traducida en la media luna también se asocia, al Cuarto menguante, rematado por las estrellas y que sólo es posible ver al alba, que es el tiempo de aparición de Venus o lucero del Alba que da paso al Sol.

La magia de las marismas está presente aún, en el culto a la Virgen del Rocío que es en realidad, Astarté, Isthar, Innana.