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¡Quiero hacer una devoción!

Y es que últimamente, muchas personas se ponen en contacto conmigo sobre este tema. Una devoción es un trabajo personal  que realizamos con una entidad concreta, pero ¿ cómo se hace?

Vamos a ver unas pautas sencillas a tener en cuenta, y vamos a tomar a Hécate como la Deidad que vamos a devocionar en nuestro ejemplo.

1.- ¿Quién es? Vamos a empezar, siempre, por saber a quién estamos devocionando. Antes de comenzar a trabajar con Hécate, (y con cualquier otra deidad) te recomiendo que investigues sobre su figura hay algunas preguntas que debes plantearte: ¿Quién es Hécate? ¿Cuales son sus aspectos? ¿Qué dicen sus mitos? ¿Cuáles son sus atributos? ¿Cuáles eran sus epítetos?  ¿Con qué faceta voy a trabajar?  Cuando pienso en esto tengo que tener en cuenta que los dioses han llegado a nosotros pasados por un filtro social y cultural, pero que en su historia han sido diferentes, ha evolucionado y cambiado. Es importante indagar claramente quién es esa deidad que quiero devocionar. Una buena forma es tomar sus títulos y epítetos, leer sobre ellos, y decidir que aspecto quiero trabajar. A ese aspecto me dirigiré en mis invocaciones, como veremos más adelante. Ten en cuenta que casi todos los panteones tienen deidades similares, pero ¡cuidado! esto no quiere decir que sean la misma. Ve en tu estudio tan atrás como puedas para identificar esa faceta que vas a trabajar. Nuestro conocimiento está lleno de dioses que se han sincretizado, o a los que damos unos valores generales sin entrar en cosas concretas, un ejemplo claro es Afrodita. Nos enseñan que es la diosa griega del amor y se quedan ahí, pero Afrodita regía muchas cosas y en realidad sería más correcto decir que era la diosa griega de  la lujuria, la belleza, la sexualidad y la reproducción; y aún así nos quedamos cortos. Intenta buscar más allá de lo que siempre aparece, nada es tan básico y menos una divinidad.

2.- ¿Por qué? Es cierto que en los últimos meses, muchas personas están haciendo públicos sus trabajos devocionales, y esto parece haberse convertido en una moda. Toma un tiempo para plantearte de nuevo las preguntas siguientes: ¿Qué relación hay entre Ella y yo? ¿Por qué me pide este trabajo devocional? ¿Le debo algo?  ¿Estoy preparado para que esta devoción ponga mi vida patas arriba (porque créeme, va a pasar)? Hay dioses que no admiten cambios ni devoluciones en el tema de las devociones, ¿tengo claro qué espera de mí antes de comprometerme a algo? Analiza despacio lo que quieres hacer y por qué. Puede que sientas que Hécate te pide un hueco en tu vida, o sencillamente creas que debes hacer esto. Todas las respuestas son válidas, pero asegúrate de saber por qué quieres hacer este trabajo. Esto te ayudará a la hora de plantearte todo lo demás, desde el modo de la devoción hasta la duración, tu implicación, el tiempo  y otros aspectos que veremos más adelante.

Una deidad puede llamarte para un trabajo devocional y serás tú quien diga si quieres o no hacer ese trabajo en este momento. Una forma sencilla de dar esta respuesta es pedirle un plazo para pensarlo y en la fecha que debas responder encender una vela para decirle sí o no. Sea como sea, asegúrate de plantearte el por qué sí o por qué no hacer este trabajo y todo lo que implica.

Ya sé que quiero devocionar a la Diosa, ya sé por qué, ahora me toca plantearme todo lo demás.

3.- La planificación.

Has tomado una decisión y ahora es el momento de dar forma  lo que vas a hacer. Aquí tenemos que seguir haciéndonos preguntas, porque tenemos que definir muy claro todo para poder explicárselo.

3.1- ¿Cuánto tiempo va a durar? Una devoción puede durar un mes y  un día, un año, tres meses, seis semanas… en realidad el tiempo es lo de menos, porque todos los tiempos son válidos. Pero, si es tu primera devoción, comienza por un periodo corto y asequible, siempre puedes renovarlo más adelante, o alargar esos periodos poco a poco. Muchas personas dicen “voy  a hacer una devoción de por vida”. ¿Seguro? No digo que no sea una opción, pero para empezar igual es demasiado. Piensa que tendrás otros compromisos en tu vida, y que una devoción no se puede olvidar ni dejar aparcada. Ambos habéis llegado a un pacto y ese pacto hay que cumplirlo. Cuidado con faltar a la palabra.

3.2 -¿En qué va a consistir? Existen muchas opciones en este caso, plantéate de nuevo las preguntas básicas para este punto: ¿Qué tipo de devoción quiero hacer? ¿Qué tipo de devoción me pide esta divinidad? ¿Puedo llegar a un acuerdo con la divinidad para mi devoción? Una ofrenda no tiene porque ser algo físico que coloco en mi altar, o dejo en una encrucijada de caminos. las deidades griegas aceptan bastante bien el aceite de oliva como ofrenda, pero puede que estés buscando algo más que entregar. Es importante entender que hay ofrendas de muchos tipos: oraciones, trabajos mágicos, trabajos de sanación,  rutinas diarias, trabajos artesanales, momentos del día a día, inciensos, frutas, símbolos … Lo importante es que des aquello que has prometido dar, al fin y al cabo se trata de un pacto.

Cierra muy bien lo que vas a hacer. Dile “haré esto, y si no puedo haré esto otro para compensarlo” Deja muy claro el qué, el cómo y el cuándo. Puedes hacer un boceto de esas ideas e ir modificando las cosas durante el  tiempo que tomes para reflexionar sobre tu trabajo devocional, para llegar con una idea clara al momento. Plantéate también si además de honrar a la Diosa quieres focalizar la energía de tu trabajo en algo más como tu camino espiritual, tu desarrollo personal o tu vida, pero ten en cuenta esto: tu idea y Su idea de lo mismo no tiene porque ser similar. Si vas a focalizar tu trabajo en algo más de nuevo se cuidadoso: define muy claro qué es lo que estás buscando potenciar, porque aunque va  a haber sorpresas, sí o sí, hay una parte que puedes controlar. Explícale lo que quieres, y Ella te dará lo que considere.

Insisto, cuidado con faltar a aquello que hemos dicho que vamos a hacer. Una devoción no es exactamente una promesa, pero se asemeja bastante en el sentido de que no podemos dejarla aparcada. ¿Qué vas  a hacer si enfermas? ¿Y si te vas de vacaciones? Cierra todo lo que harás y pacta como recuperarás aquello que no puedas hacer por la razón que sea.

3.3- ¿Qué necesito? Ahora que lo tengo todo claro, necesito algunas cosas más. Y siguen siendo partes importantes de este trabajo previo. Ya hemos dicho que necesitarás una invocación. Mi recomendación es que la escribas tú mismo. Las palabras de otros pueden ser preciosas pero nunca transmitirán lo que tú sientes en tu corazón y lo que realmente quieres expresar. Con esto no digo que no puedas tomar las palabras de otras personas que resuenen para ti, pero siempre es mejor que uno haga este trabajo. ¿Qué pongo? Ay, amigo, este es el tema. Usa el título o epíteto que has escogido y dirígete  a esa faceta de la Divinidad, porque cuanto más cerramos ese círculo más probable es que vayamos a dar con la energía que estamos buscando.

Ya tengo mi invocación, ¿estoy  listo? Yo creo que no. Necesitamos un altar. Ten en cuenta que normalmente vamos a cuidar ese altar todos los días, y a realizar una pequeña invocación en él, vamos a pasar un tiempo en Su compañía en ese espacio que hemos preparado para Ella y esto nos permitirá conectar con la energía de la divinidad  a la que estamos devocionando. Este altar puede ser de muchas maneras pero procura que demuestre lo que sientes por la Diosa, y que sea digno de Ella. Pon ofrendas y cámbialas cuando sea necesario, enciende velas e incienso, y cuídalo, es la casa de Hécate en tu casa.

Listo! ya tengo mi invocación y las cosas que preciso para mi altar, ¿he terminado? No. Ahora vamos a diseñar el ritual en el que te vas a presentar ante Hécate y vas a establecer las pautas del trabajo que vamos a hacer. Como te has preguntado muchas cosas en este periodo de creación de tu trabajo devocional será sencillo de diseñar. ¿Cuándo? ¿Dónde? Define todos los aspectos porque sólo tú puedes hacer este ritual. No te digo que no invites a alguien que quieras que te acompañe, pero amigo, este trabajo es tuyo: tú preparas el espacio, tú preparas el altar, tú prepararas las ofrendas, tú invocas a la Diosa, y tú y sólo tú, haces lo que tengas que hacer. Es tu pacto con Ella y el de Ella contigo, es algo muy personal. Dentro de la Wicca, todos los rituales tienen un corpus más o menos igual, si sigues otra rama del paganismo, toma la forma de trabajo que utilices normalmente o con la que te sientas más cómodo. Nadie puede decirte como es exactamente este ritual, pero sí algunas cosas que siempre tenemos que tener en cuenta: la elección del momento, el tener claro el corpus o el proceso que vamos a seguir. Todo esto te ayudará a focalizar la energía en la dirección correcta. Puede que quieras añadir una meditación o un ejercicio para anclarte a tierra antes de empezar, puede que desees porque sea parte de tu rutina añadir un baño o purificación antes de comenzar. Lo más importante es que tengas claro todo el proceso.

Cuando tengas decidido todo lo anterior es la hora de ponerse a ello.

4.- La puesta en marcha

Si has llegado hasta aquí, ya sólo te queda poner en marcha ese ritual que has diseñado. Cuando te dirijas a la Diosa, hazlo con respeto, expón tus ideas y lo que quieres hacer, no tengas reparo en explicar en tus propias palabras el proceso anterior que has hecho y como deseas que este trabajo te lleve a donde quieres.

Otra cosa que es importante, es que establezcas un canal de comunicación con Ella, esto puede ser desde a través de Oráculos, con señales pactadas, a través de cartas o péndulo… las opciones son muchas, pero asegúrate de escoger una forma en la que comunicarte. Quizás quieras añadir algo a tu pacto y necesites su respuesta. Muchos esperan una señal de conformidad de la Divinidad para seguir adelante con su trabajo, es decir, exponen lo que quieren y como lo harán añadiendo una coletilla del tipo “Si todo esto te parece bien, esperaré tu señal en los próximos días.” Estas señales pueden llegar a través de sueños, de intuiciones, a veces sencillamente lo sabes, otras una sensación, incluso una imagen que alguien publica en Facebook, un sonido, cualquier cosa que tú sientas que es un sí o un no. Recuerda que todo se puede pactar, y que cada caso es único.

Algunas personas hacen un cuaderno de su trabajo devocional, esto es una buena idea si deseas volver luego sobre tus pasos, o sencillamente quieres tener un registro total de lo que haces.